Sevilla es una ciudad llena de cultura e historia. Es la capital de la región de Andalucía, en el sur de España, y es conocida por sus monumentos, sus fiestas y sus tradiciones.
Entre sus monumentos más emblemáticos que ver en Sevilla en 3 días, se encuentra la Catedral de Santa María de la Sede, el tercer templo más grande del mundo y donde se encuentra la tumba de Cristóbal Colón. En cuanto a sus fiestas, destacan la Semana Santa, donde las procesiones recorren las calles de la ciudad durante una semana entera, y la Feria de Abril.
Y en cuanto a sus leyendas, es común escuchar historias sobre los fantasmas que habitan en algunos de los edificios más antiguos de la ciudad. También se cuenta la leyenda de la Torre del Oro, que habría sido construida por los romanos y que sirvió como prisión durante la Edad Media.
Las leyendas y misterios de Sevilla
Una leyenda que se escucha con frecuencia es la de la Cava, una mujer que habría sido encarcelada en las mazmorras del Alcázar y que, tras pasar muchos años en prisión, habría sido liberada por su hijo, que se convirtió en rey de Sevilla. La Cava habría sido la primera en plantar un naranjo en la ciudad, y se dice que su espíritu aún vaga por las calles de Sevilla.
Vamos a conocer muchas otras:
El Cristo de la Expiración y el Cachorro de Triana
Existen varias narraciones en torno a la fuente de la imagen del Cristo de la Expiración, una de ellas es la leyenda del Cachorro de Triana. Según esta historia, en el barrio de Triana vivía un gitano conocido como Cachorro, quien fue víctima de un ataque por celos infundados y murió a consecuencia del mismo. Se dice que el escultor Francisco Ruiz Gijón fue testigo del trágico suceso y logró plasmar la expresión de Cachorro en la talla del Cristo de la Expiración.
La Esperanza de Triana
Se cuenta que en los años setenta del siglo XX, un hombre de Madrid acudió a Sevilla para presenciar la Semana Santa, tras las insistentes peticiones de su hijo de ver a la Esperanza de Triana.
Durante dos ocasiones, padre e hijo contemplaron a la imagen, momento en el que el padre afirmó haber visto a la Virgen llorar de verdad, mientras que el chico lo negó. Tristemente, el hijo falleció poco después de volver a Madrid. Al año siguiente, el padre volvió a visitar a la Esperanza de Triana y esta vez la vio sonreír, interpretando que su hijo ya estaba junto a ella.
El Cristo de las Mieles.
Una de las muchas leyendas que se entretejen en Sevilla relata la historia del ‘Cristo de las Mieles’. Esta leyenda cuenta que el escultor sevillano Antonio Susillo pasó gran parte de su vida elaborando un crucificado con excesiva exigencia. Al final, al equivocarse en su elaboración, se sintió tan abatido que decidió terminar con su vida y fue enterrado bajo su propia obra.
A los pocos días de su entierro, se empezó a ver que el Cristo lloraba miel, lo que se relacionó con la presencia del artista fallecido. Sin embargo, al investigar más a fondo se descubrió que la razón de la miel provenía de un panal de abejas colocado por el escultor. No obstante, a partir de entonces, se le conoció al Cristo como ‘el Cristo de Las Mieles’.
NO DO
Existen varias versiones sobre el origen del nombre NO&DO de Sevilla, pero la más popular es la leyenda que se atribuye a Alfonso X «El Sabio». Según esta historia, el monarca habría utilizado estas dos sílabas para reconocer la fidelidad del pueblo sevillano después de haber sido acusado por su propio hijo y otros pretendientes del trono.
El escudo de la ciudad, que representa las sílabas NO y DO separadas por un ovillo, se interpretaría como «no madeja do», indicando que los sevillanos estuvieron a su lado hasta el final de su vida.
Calle Sierpes
La calle Sierpes, ubicada en la zona céntrica, atrae a numerosos turistas. Hace más de seis siglos, recibía el nombre de calle de Espaderos. Sin embargo, durante el final del siglo XV, sucedían situaciones alarmantes donde menores desaparecían.
Después de investigaciones y el pánico entre los ciudadanos, Melchor de Quintana y Argüeso, un recluso sentenciado por rebeldía contra el Rey, delató el culpable de estos hechos: una gran serpiente. A cambio de este testimonio, su pena se condonó y falleció a causa de ello. Desde entonces, la calle fue renombrada como la calle de la Sierpe.
Doña María Coronel
Una historia que destaca entre otras leyendas es la de Doña María Coronel y el Rey Pedro I, la cual se caracteriza por ser pasional. El afán delirante del monarca por la atractiva sevillana llevó a esta última a ocultarse en lugares insospechados, llegando a refugiarse en la ermita de San Blas y a tomar los hábitos en el convento de Santa Clara.
Tan desesperada estaba Doña María que decidió quemarse la cara con aceite hirviendo para perder su hermosura y de este modo persuadir al Rey de que dejara de hostigarla. Luego de la muerte de Pedro I, la mujer fundó el convento de Santa Inés donde reposa su cuerpo y se pueden percibir las cicatrices que quedaron en su rostro a causa de las graves quemaduras autoinfligidas.
Santa Justa y Rufina
La historia de Santa Justa y Rufina es una de las más inquietantes que se cuentan en Sevilla. Dos hermanas nacidas en esta ciudad durante los años 268 y 270, quienes murieron en el año 287 defendiendo sus creencias cristianas, desafiando las amenazas y castigos del prefecto Diogeniano hasta que finalmente fueron asesinadas.
Hoy en día, son consideradas patronas de Sevilla y de los gremios de alfareros, y su altar en la Giralda es un lugar de veneración para los fieles.
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